La receta de hoy me apetecía hacerla desde hace algunas semanas. La tarta Oreo comenzó a comercializarse en forma de kits de preparados instantáneos que hay en los supermercados. Era una base de galleta de chocolate y una crema que se hacia a base de polvos y batidora, y se metía a la nevera. Queda una tarta fría, que la verdad a mi no me termina de convencer pues la encuentro demasiado empalagosa.
Sin embargo, esta version de tarta/cupcake, es mucho más ligera, pues combina trocitos de la galleta Oreo y masa de bizcocho, queda como una especie de Stratiachella.
He probado en hacerlo en dos formatos, cupcake que siempre quedan genial ya que su presentación individual los hace diferentes, y una tarta para ver que tal podría quedar para futuros cumpleaños.
El frosting es el clásico americano de queso para huntar, mantequilla, azucar glass y vainilla, con el añadido de trocitos de galleta Oreo. En este caso, le he puesto muy poca mantequilla, este frosting suele llevar una barbaridad y como imaginareís es de todo menos hipocalórico... La mantequilla es necesaria, pues le da consistencia para que quede firme sobre el cupcake o tarta, por lo tanto algo tiene que llevar.
¡Espero que os animeís a hacerlo y que os guste tanto como a mi!
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